14 de enero: Conferencia de Casablanca

En la Conferencia de Casablanca Roosevelt y Churchill tuvieron que tratar con Charles de Gaulle, a quien no lo soportaban.


La paz se pacta en Casablanca

Tal día como hoy, pero de 1943, se reunieron en la ciudad de Casablanca el presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, el primer ministro británico, Winston Churchill y el general francés Charles de Gaulle, uno de los líderes de la resistencia francesa.

Durante 10 días se discutió y se decidió sobre los siguientes pasos militares a tomar en la Segunda Guerra Mundial.

Pero sobre todo, en esa conferencia se decidió cómo sería el fin de la guerra: con la derrota total alemana. No más medias derrotas, como había ocurrido en la Primera Guerra Mundial. Esta vez, la derrota sería total.

Churchill y Roosevelt en Casablanca. Foto Creative Commons.

Hola soy Ana Nieto, y les doy la bienvenida a Calendario de Historias un podcast con el que durante cinco días a la semana les invitamos a un recorrido por la historia, por sus personajes y por lo que queda de ella hoy.

Para participar en la conferencia de Casablanca, Roosevelt se convirtió en el primer presidente de EE.UU. en volar a un país extranjero. Allí le esperaba Churchill, su gran aliado.

Stalin se había negado a desplazarse hasta la ciudad africana. Aunque su país jugaba un papel esencial en la lucha contra la Alemania nazi, el líder soviético se había excusado argumentando que la situación en en su país impedía un viaje al extranjero.

En ese momento recordemos que, entre otros conflictos, en la Unión Soviética continuaba el terrible sitio de Leningrado, que había comenzado en septiembre de 1941, y se estaba desarrollando la cruenta batalla de Stalingrado.

Quien sí estaba en Casablanca era Charles de Gaulle y puede decirse que su presencia no era grata ni para los estadounidenses, ni para los británicos.

Siempre se ha sabido de la antipatía de Roosevelt y de Churchill hacia de Gaulle pero la desclasificación de documentación británica en el año 2000 dejó claro lo que de verdad pensaban sobre líder galo.

Tanto para Roosevelt como para Churchill, De Gaulle era un presumido, un jactancioso, un vanidoso.

Churchill iba mucho más allá. En algunos telegramas dejó de manifiesto que creía que De Gaulle era antibritánico, una persona mala e insoportable y, posiblemente, con simpatías fascistas. También dudaba de que realmente contase con el apoyo que decía tener dentro de la Francia ocupada.

Hoy sabemos, a través de esa documentación, que Churchill intentó, en vano, convencer a los miembros de su gabinete para echar a De Gaulle de Londres, donde se había refugiado después de la invasión alemana de Francia.

Incluso llegó a sugerir en documentación que se mantuvo secreta por 57 años que la forma ideal para deshacerse de De Gaulle podría ser nombrándolo gobernador de Madagascar.
Los estadounidenses realmente pensaban de una forma similar. Creían, además, que una de las características de De Gaulle era la de intentar impedir el éxito de los demás.

Si británicos y estadounidenses estaban dispuestos a tratar con De Gaulle se debe, en gran parte, a la labor de Clement Attlee, vicepresidente de Churchill y Anthony Aden, su ministro de Asuntos Exteriores. Estos dos convencieron a Churchill de que era mejor aceptar a De Gaulle, a pesar de sus limitaciones, porque la propaganda aliada no podría hacer nada para convencer a los franceses de que su ídolo tenía los pies de barro y que deshacerse de De Gaulle podría tener efectos muy perjudiciales entre la residencia francesa.

Aún así, durante la Conferencia de Casablanca los estadounidenses todavía no tenían claro que debían aguantar a De Gaulle. Eso explica que también estuviera presente el general Henri Giraud, respaldado por Washington.

Al final de 10 días de deliberaciones, Churchill y Roosevelt decidieron concentrar tropas en Inglaterra, con vistas a una eventual invasión de la Europa continental por las costas francesas. Pero antes se acordó invadir Sicilia. También se decidió incrementar el número de bombardeos sobre Alemania y expulsar a los japoneses de Nueva Guinea. Y, por supuesto, que de esta guerra los alemanes saldrían derrotados militarmente.

Seis meses más tarde al fin de la Conferencia de Casablanca, las tropas aliadas desembarcaron en Sicilia. Fue la operación Husky y en seis semanas la isla estaba ya en poder de los aliados. El siguiente paso: el salto a la Italia continental.

Después de Casablanca habría otras conferencias de líderes aliados durante la segunda guerra mundial. Pero tres destacan sobre las demás.

En Teherán a finales de 1943 se reunieron Roosevelt, Churchill y Stalin. Se decidió la invasión de Francia desde el Reino Unido, dándose el nombre de Operación Overlord y la fecha de mayo de 1944 (tendría lugar el junio de ese año). La finalidad era abrir otro frente y así aliviar a las tropas rusas en el este de Europa.
También se decidió la creación de la ONU y que Alemania sería dividida.

Un poco más de un año más tarde, en febrero de 1945, Roosevelt, Churchill y Stalin se reunieron de nuevo pero esta vez en Yalta, Crimea. Allí decidieron cómo sería la Europa de después de la guerra. Entre otras cosas, se decidió que solo se aceptaría la rendición incondicional de Alemania, país que se tendría que desmilitarizar y denazificar.

Alemania y Berlín se dividirían en 4 zonas. Una de ellas se le daría a Francia y se haría a partir del territorio que le correspondería a Estados Unidos y al Reino Unido. Se establecieron las fronteras de Polonia y la Unión Soviética acordó entrar como miembro en las futura Organización de Naciones Unidas.

Finalmente, la Conferencia de Postdam en Alemania. Se celebró entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945. Alemania ya estaba derrotada y pocos días más tarde la campaña del Pacífico terminaría con el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki y la rendición incondicional de Japón.

En Postdman se reunieron Stalin por la Unión Soviética. Por parte de EE.UU. Harry Truman, en sustitución de Roosevelt, quien había fallecido en abril de ese año. Y por parte del Reino Unido, la conferencia empezó con Churchill al frente pero acabó con Clement Attlee como líder.

Ya iniciada la conferencia se conocieron los resultados de las elecciones generales del 5 de julio y los resultados decían algo muy claro, que para los británicos Churchill era un líder ideal para la guerra pero que para la paz, quería otra cosa. Y eligieron al laborista Attlee.

En Postdam las grandes potencias decidieron, entre otras cosas, las nuevas fronteras de Alemania, la ocupación y división no solo de Alemania sino también de Austria. También la expulsión de las personas de origen alemán de los territorios que ahora quedaban al este de las nuevas fronteras alemanas, afectando esto a miles de personas en Polonia, Checoslovaquia y Hungría.

Este mundo creado por la II Guerra Mundial tardaría décadas en, parcialmente, deshacerse. El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín, que separaba el lado Occidental del controlado por la República Democrática Alemana.
Y el 3 de octubre de 1990, Alemania volvió a ser un único país.


Otros 14 de enero sucedieron otros eventos:

En 1514 Fernando el Católico autoriza el matrimonio entre españoles y mujeres indígenas, en 1601 en Roma, la Iglesia quema libros judíos y en 1812 las Cortes de Cádiz decretan el fin de la horca.

Y en 1943, el año de la Conferencia de Casablanca, la Segunda Guerra Mundial continúa haciendo sus estragos. Ese fue el año de la épica batalla de Guadalcanal, en el Pacífico, que acabó con derrota japonesa. Fue también el año en el que los nazis exterminaron el ghetto judío de Varsovia, el rey de Italia cesó a Benito Mussolini como primer ministro y Ike Eisenhower fue nombrado comandante supremo de las fuerzas aliadas.

También fue el año en el que volvió a casa el grueso de la División Azul, el cuerpo voluntario falangista que se insertó dentro del Ejército nazi para luchar en Rusia.

Y terminamos con una cita del líder de los derechos civiles, el doctor Martin Luther King:

“No deberíamos olvidar nunca que todo lo que Adolfo Hitler hizo en Alemania era legal y que todo lo que los defensores húngaros de la libertad hicieron era ilegal. Era ilegal ayudar y consolar a un judío en la Alemania de Hitler”.

Esto ha sido el calendario de historias por hoy que hemos hecho Maria Luz Rodrigues y yo, Ana Nieto. Cuéntenos, si quiere contactarnos para señalar una fecha en el calendario, díganoslo. Estamos en audire@audirepodcast.com

Nos despedimos por hoy pero nos oímos mañana porque mañana será otro día

La música de este episodio es de EpidemicSound y Aser Rodríguez.
La producción es de Audire Podcast
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