Puedo escuchar obsesivamente una canción que me gusta. También ver sin cansarme películas o series que disfruto. Pero con los libros de los que me he enamorado me pasa exactamente lo contrario. No puedo volver a leerlos. No quiero.
Desconozco si esto también te pasa a ti. Tampoco sé si ese comportamiento tiene un nombre específico ni la verdadera razón por la que me niego a releer, pero intuyo que es porque tengo miedo a que, quizá, la segunda vez no me enamoren como la primera.
A continuación sigue mi lista reducida de libros que no volveré a leer.
Matar a un ruiseñor de Harper Lee
Este libro, ambientado en el sur de Estados Unidos durante la Gran Depresión, es mi favorito.
Su eje central es una acusación falsa de violación contra un joven negro y cómo los eventos que la rodean conducen a la pérdida de la inocencia de Scout, la joven narradora.
Otro de los personajes claves e inolvidables es Atticus, padre de Scout y abogado defensor del joven negro. Es la encarnación de la moralidad en un mundo corrupto y violento. Es la brújula ética que siempre sabe dónde está el verdadero Norte.
Matar a un ruiseñor es un retrato inolvidable del racismo y la desigualdad social infringidos sobre los afroamericanos y resonó con el público. En 1960, el año de su publicación, vendió más de medio millón de ejemplares sólo en un Estados Unidos, que vivía envuelto en los convulsos años de lucha por los derechos civiles.
Hoy es considerado como uno de los tres grandes clásicos de Estados Unidos junto con El Gran Gatsby de Scott Fitzgerald y Las uvas de la ira de John Steinbeck. Cada año lo leen miles de escolares estadounidenses, aunque cada vez son más los distritos escolares que intentan prohibirlo. Y, 64 años después de su publicación, es el gran favorito de los clubs de lectura.
Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Es una distopía en la que una pandemia de ceguera afecta a casi la totalidad de la humanidad. Sin embargo, la narradora, que no tiene nombre y es, simplemente, la mujer del médico, conserva la visión.
La gran pregunta que plantea la novela es qué pasa cuando nadie nos ve. La respuesta que da es la disolución de lo que conocemos como sociedad, el descenso al caos y al infierno.
En el Ensayo sobre la ceguera no hay monstruos, no hay mutantes, no hay seres del espacio exterior. Sólo hay humanos y ése es el poder del libro. Todos tenemos capacidad para encarnar el mal, para esparcir terror. ¿Qué nos frena? A eso cada lector le debe dar su respuesta.
Memorias de un niño campesino de Xosé Neira Vilas
Este es uno de los libros más grandes en gallego y, sin duda, el más leído en ese idioma. Se publicó en 1961 en Argentina donde Neira Vilas vivía exiliado.
La novela son los recuerdos de la infancia de Balbino y comienza con una frase que los gallegoparlantes fácilmente identificamos con este libro:
“Yo soy Balbino. Un chico de aldea. Como quien dice, un nadie”.
Ningún libro de historia ni ensayo me ha ayudado tanto como esta novela para entender de dónde vengo. Balbino es también mis abuelos y mis bisabuelos. Siempre llevo a Balbino en mi corazón.
Los 5 de Enid Blyton
Al nombrar esta saga revelo, sin yo quererlo, mi edad aproximada.
¿Qué chica española que entró a la adolescencia a finales de los años 70 o principios de los 80 no leyó las aventuras de Julian, Dick, Ana, George y el perro Tim?
¿Quién no tuvo una curiosidad desbordante para probar galletas y pasteles de jengibre, un condimento que todavía no había entrado en nuestras cocinas pre-ingreso en el Mercado Común?
¿Quién no soñó con aventuras y excursiones por la campiña inglesa mientras resolvían misterios sin la supervisión de ningún adulto?
Estoy segura de que si leyera ahora cualquier libro de Los cinco me parecerían mal escritos – al fin y al cabo Blyton llegó a escribir más de 50 al año, con lo que atención al estilo no podía ser su fuerte–. Además, creo que juzgaría su mundo como lejano y estrambótico.
Sin embargo, si los releyera, que no voy a hacerlo, creo que le encontraría más chicha al personaje de George, en realidad una joven de nombre Georgina. Creo que cuando leí los libros no entendí lo que en realidad Enid Blyton nos quería decir.
Y tú, ¿qué opinas? Déjanos saber si tienes libros que has leído que tanto te gustaron que no volverás a leer.